Mi papá es muy muy escéptico. No es de los que cree en OVNIS, no es de los que cree en fantasmas, es muy muy relajado para esas cosas. Por eso, siempre que sale a flote esas historias de seres pequeños en su pueblo, no lo dudo...
El era paqueño hace muchos, muchos, muchos años, y vivía en un pequeño pueblo llamado Nochistlán, Zacatecas. Sus abuelos tenían un rancho en las afueras del pueblo, muy cerca del cerro y río Tuiche.
En ese rancho dormían, comían, jugaban y trabajaban. Su vida era normal excepto por una cosa... en ese rancho había duendes. No eran malvados, sólo hacían travesuras.
Historia 1.
El se levantaba. Se baña. Se cambiaba. Desayunaba. A la hora de irse a trabajar no encontraba su cinto. Lo buscaba y lo buscaba y no lo encontraba... siempre que pasaba eso ya sabía en dónde estaría el cinto. En un hormiguero que tenían en el patio de su casa... ¿para que lo hacían los duendes? Sólo por traviesos, para que le picara alguna hormiga si quería ir por su ciento.
Hisoria 2.
Ya que caía el sol, iban a casa a cenar después de un largo día de trabajo. Se sentaban afuera de la casa, dejandose posar sobre la pared. Desde el techo les lanzaban pequeñas piedras redondas y limpias (cómo traídas del río). Nunca les pegaban a ellos, solamente les pasaban de lado ¿para que lo hacían los duendes? Sólo por traviesos, quizá lo que querían era jugar.
Lo mejor es que una vez que fuimos a ese rancho, mi papá nos contó la historia con detalle. En esa casa ahora viven personas que ni siquiera son familiares de mi papá, pero esa vez que fuimos no había nadie. Cuando ibamos de salida un carro venía hacía el rancho, eran los ahora dueños.
Papá: Disculpen que hayamos venido así, soy Felipe Legaspi. Antes vivía aquí y vine a enseñarles el rancho y...
Señor: ya les contó lo de los duendes?
Todos: :O :| :S
El era paqueño hace muchos, muchos, muchos años, y vivía en un pequeño pueblo llamado Nochistlán, Zacatecas. Sus abuelos tenían un rancho en las afueras del pueblo, muy cerca del cerro y río Tuiche.
En ese rancho dormían, comían, jugaban y trabajaban. Su vida era normal excepto por una cosa... en ese rancho había duendes. No eran malvados, sólo hacían travesuras.
Historia 1.
El se levantaba. Se baña. Se cambiaba. Desayunaba. A la hora de irse a trabajar no encontraba su cinto. Lo buscaba y lo buscaba y no lo encontraba... siempre que pasaba eso ya sabía en dónde estaría el cinto. En un hormiguero que tenían en el patio de su casa... ¿para que lo hacían los duendes? Sólo por traviesos, para que le picara alguna hormiga si quería ir por su ciento.
Hisoria 2.
Ya que caía el sol, iban a casa a cenar después de un largo día de trabajo. Se sentaban afuera de la casa, dejandose posar sobre la pared. Desde el techo les lanzaban pequeñas piedras redondas y limpias (cómo traídas del río). Nunca les pegaban a ellos, solamente les pasaban de lado ¿para que lo hacían los duendes? Sólo por traviesos, quizá lo que querían era jugar.
Lo mejor es que una vez que fuimos a ese rancho, mi papá nos contó la historia con detalle. En esa casa ahora viven personas que ni siquiera son familiares de mi papá, pero esa vez que fuimos no había nadie. Cuando ibamos de salida un carro venía hacía el rancho, eran los ahora dueños.
Papá: Disculpen que hayamos venido así, soy Felipe Legaspi. Antes vivía aquí y vine a enseñarles el rancho y...
Señor: ya les contó lo de los duendes?
Todos: :O :| :S
...feliz cumpleaños a don Felipillo, que me digan que soy igualito a tí es el mejor cumplido que me pueden hacer.